Esta semana el bebé se está desarrollando a un ritmo verdaderamente asombroso. Crece del orden de un milímetro al día. De hecho, esta semana ya es del tamaños de una frambuesa grande.
Cada día se parece menos a un reptil (y eso que aún tiene los dedos de las manos y de los pies juntos como las ranas y que aún no ha desaparecido del todo la cola). Ahora ya está desarrollando los labios, la nariz, los párpados, las pierna y la espalda.
Su corazón late a un ritmo muy rápido (de 140 a 150 pulsaciones por minuto), a un ritmo que es aproximadamente el doble que un adulto normal. Y ya realiza ciertos movimientos espontáneos, aunque pequeños, con su tronco y los pequeños esbozos de brazos y piernas. Eso sí, tú aún no puedes sentirlo
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